Las ondas de choque, también conocidas como terapia por ondas de choque extracorpóreas (ESWT, por sus siglas en inglés), son una técnica innovadora utilizada en medicina para tratar diversas patologías musculoesqueléticas.
Esta terapia se basa en la aplicación de ondas acústicas de alta energía que penetran en los tejidos, estimulando la regeneración y el proceso de curación natural del cuerpo. Aunque las ondas de choque fueron inicialmente empleadas para fragmentar cálculos renales, hoy en día tienen múltiples aplicaciones en el campo de la fisioterapia, la medicina deportiva y la rehabilitación.
¿Cómo funcionan las Ondas de Choque?
La terapia con ondas de choque funciona a través de la transmisión de impulsos de alta frecuencia en el área afectada. Estas ondas generan una serie de efectos fisiológicos: mejoran la circulación sanguínea, estimulan la producción de colágeno y reducen la inflamación, ayudando a acelerar la recuperación y a aliviar el dolor. La terapia es “no invasiva”, es decir, no requiere incisiones ni procedimientos quirúrgicos, lo que facilita la recuperación del paciente y reduce el riesgo de complicaciones.
Patologías que se pueden tratar con Ondas de Choque
A continuación, exploraremos algunas de las patologías más comunes que pueden beneficiarse de la terapia con ondas de choque.
1. “Tendinitis” ó Tendinopatías Crónicas
Las tendinitis ó mejor dicho, tendinopatías, especialmente aquellas que se convierten en crónicas, son una de las principales indicaciones para la terapia con ondas de choque. Algunas de las tendinopatías más comunes tratadas con este método incluyen:
- Epicondilitis lateral (codo de tenista): inflamación de los tendones en la parte exterior del codo, a menudo causada por movimientos repetitivos.
- Epicondilitis medial (codo de golfista): afecta la parte interior del codo, y suele ocurrir por actividades que implican fuerza en el antebrazo.
- Tendinitis rotuliana (rodilla del saltador): afecta el tendón rotuliano y es común en atletas, especialmente en deportes que implican saltos y carreras.
- Tendinitis de Aquiles: inflamación del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el talón. Es común en corredores y personas que realizan actividades de alto impacto.
2. Fascitis Plantar
La fascitis plantar es una de las patologías más comunes en la zona del pie, caracterizada por dolor en el talón debido a la inflamación de la fascia plantar. La terapia con ondas de choque es especialmente efectiva para esta condición, ya que reduce la inflamación, mejora la circulación en la zona afectada y promueve la regeneración de tejidos, ayudando a los pacientes a aliviar el dolor crónico y mejorar su movilidad.
3. Espolón Calcáneo
Los espolones calcáneos son protuberancias óseas que se forman en el talón, generalmente como resultado de la fascitis plantar. Aunque pueden no causar dolor en todos los casos, en muchos pacientes generan molestias al caminar. Las ondas de choque pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación asociados con el espolón calcáneo, favoreciendo la recuperación sin necesidad de intervenciones quirúrgicas.
4. Bursitis
La bursitis es una inflamación de las bursas, pequeños sacos llenos de líquido que actúan como amortiguadores entre huesos, músculos y tendones. Las bursitis crónicas en áreas como el hombro, la cadera o la rodilla pueden ser tratadas con ondas de choque, lo que ayuda a reducir la inflamación y el dolor, y a mejorar la movilidad articular.
5. Lesiones Musculares y Contracturas
Las ondas de choque son útiles en el tratamiento de lesiones musculares y contracturas, ya que mejoran la circulación sanguínea y ayudan a relajar el músculo afectado. Esto es especialmente beneficioso para atletas que necesitan una recuperación rápida y efectiva después de una lesión, así como para personas que padecen de contracturas musculares crónicas.
6. Calcificaciones en Tendones
En algunos casos, los tendones pueden desarrollar calcificaciones, como ocurre en el hombro (tendinitis calcificada del supraespinoso). Este tipo de calcificaciones puede causar dolor y limitar la movilidad. La terapia con ondas de choque ayuda a disolver estas calcificaciones y estimula el proceso de reparación, permitiendo que el paciente recupere movilidad y reduzca el dolor de manera notable.
7. Pseudoartrosis
La pseudoartrosis es una condición en la que un hueso fracturado no logra sanar correctamente, formando una especie de “falsa articulación”. Las ondas de choque pueden acelerar el proceso de consolidación ósea, estimulando la regeneración del hueso y reduciendo la necesidad de cirugía en ciertos casos.
Beneficios de la Terapia con ondas de choque
La terapia con ondas de choque ofrece varios beneficios que la convierten en una opción atractiva para muchas personas:
- Reducción del dolor: La terapia ofrece alivio significativo en el dolor crónico, incluso en patologías de difícil tratamiento.
- Mejora de la movilidad: Al reducir la inflamación y promover la regeneración, la terapia permite recuperar la movilidad articular.
- No invasiva y segura: Sin necesidad de incisiones ni anestesia, el riesgo de complicaciones es mínimo.
- Recuperación rápida: Al tratarse de una técnica no invasiva, el paciente puede retomar sus actividades cotidianas rápidamente.
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¿Cuánto tiempo dura el efecto de las ondas de choque?
Los efectos de la terapia de ondas de choque suelen notarse después de una o dos sesiones, pero el resultado óptimo puede manifestarse entre 4 a 6 semanas después de finalizar el tratamiento. Esto se debe a que las ondas de choque promueven un proceso de recuperación gradual, en el que el tejido dañado responde al estímulo mecánico y empieza a regenerarse y fortalecer su estructura. En muchos casos, la mejoría sigue avanzando durante varios meses después de la última sesión, por lo que se considera un tratamiento de efecto prolongado.
¿Qué no hacer después de las ondas de choque?
Es fundamental evitar actividades de alto impacto o ejercicios que sobrecarguen la zona tratada durante al menos 48 horas. Esto incluye levantar pesas, correr, o realizar movimientos bruscos que puedan estresar la zona en recuperación. También se recomienda no aplicar frío ni calor en la zona inmediatamente tras la sesión, ya que alterar la temperatura puede interferir con el proceso inflamatorio controlado que es esencial para la regeneración del tejido.
¿Vale la pena la terapia de ondas de choque?
Es una opción altamente efectiva y no invasiva para personas con dolor crónico o lesiones difíciles de tratar, como la fascitis plantar, tendinopatías crónicas o el codo de tenista (epicondilitis). Para muchos pacientes, representa una alternativa viable a intervenciones más invasivas o al uso prolongado de medicamentos, ya que ayuda a reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de la zona afectada sin efectos secundarios significativos. Si bien la respuesta varía según la condición de cada persona y el tipo de lesión, es un tratamiento respaldado por estudios clínicos y que suele ofrecer resultados satisfactorios para muchos de quienes lo prueban.
Contraindicaciones:
Si bien la terapia de ondas de choque es segura y efectiva para la mayoría de los pacientes, no se recomienda para personas con problemas de coagulación, mujeres embarazadas, o personas con infecciones en la zona a tratar. Es fundamental que el tratamiento sea supervisado por un Fisioterapeuta especializado que pueda evaluar si esta terapia es la opción adecuada para cada paciente.