osteoartritis: síntomas y tratamiento

Aunque no existe una cura definitiva para la osteoartritis, te explicamos que tratamientos y medidas que pueden aliviar tu dolor y mejorar la calidad de vida. Con el conocimiento que te damos y el auto-cuidado adecuado, vivirás de una manera más confortable con esta condición articular.
osteoartritis: síntomas y tratamiento

¿Qué es la osteoartritis?

La osteoartritis es una enfermedad articular crónica y degenerativa que afecta principalmente a las articulaciones. Se caracteriza por el desgaste progresivo del cartílago que recubre las superficies de las articulaciones, lo que puede generar dolor, rigidez e inflamación en la zona afectada.

¿Qué partes afecta?

Puede afectar diversas articulaciones del cuerpo, como las rodillas, caderas, manos y columna vertebral, y su incidencia aumenta con la edad. Sin embargo, también puede presentarse en personas jóvenes debido a factores como lesiones articulares previas o problemas genéticos.

¿Qué diferencia hay entre la osteoartritis y la artrosis?

La diferencia entre la osteoartritis y la artrosis, es que la osteoartritis es un tipo específico de artrosis que se caracteriza por el desgaste progresivo del cartílago articular, mientras que la artrosis es un término más general que abarca diversas enfermedades que afectan las articulaciones.

¿Cuál es la causa de osteoartritis?

El envejecimiento, las lesiones previas, la actividad física repetitiva o excesiva, y la predisposición genética pueden llevar al deterioro del cartílago que es como un amortiguador que permite que los huesos se muevan suavemente y sin fricción en cada movimiento.

  1. Edad: La osteoartritis es más frecuente en personas mayores a partir de 50 años y ya que el desgaste del cartílago aumenta con el tiempo.
  2. Sexo: Las mujeres tienen una mayor tendencia a desarrollar osteoartritis, especialmente después de la menopausia.
  3. Lesiones articulares previas: Las personas que han sufrido lesiones articulares, ya sea por accidentes o actividades deportivas, tienen un mayor riesgo de desarrollar osteoartritis en esas articulaciones afectadas.
  4. Obesidad: El exceso de peso ejerce una carga adicional sobre las articulaciones, lo que puede aumentar el desgaste del cartílago y aumentar el riesgo de osteoartritis.
  5. Factores genéticos: Se ha observado que la osteoartritis puede tener un componente hereditario, por lo que si tienes familiares cercanos con la enfermedad, es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollarla.
  6. Actividad física y ocupación: Tener una actividad física intensa o realizar tareas laborales que involucren cargar objetos pesados o movimientos repetitivos puede aumentar el riesgo de osteoartritis.
  7. Enfermedades concomitantes: Algunas enfermedades, como la gota o la artritis reumatoide, pueden incrementar la probabilidad de padecer osteoartritis.
  8. Factores hormonales: Cambios hormonales, como los que ocurren durante la menopausia, pueden estar relacionados con el desarrollo de la enfermedad en mujeres.

Síntomas de la osteoartritis

  1. Dolor articular: El síntoma más prominente de la osteoartritis es el dolor en las articulaciones afectadas. Este dolor tiende a ser de tipo mecánico, lo que significa que empeora con la actividad y mejora con el reposo. En etapas avanzadas, el dolor también puede presentarse en reposo o durante la noche.
  2. Rigidez articular: Las articulaciones afectadas por la osteoartritis pueden volverse rígidas, especialmente después de periodos de inactividad prolongados, como al levantarse por la mañana o después de estar sentado durante un tiempo.
  3. Inflamación localizada: Pueden presentarse episodios de hinchazón y aumento de la temperatura en la zona afectada, lo que indica una respuesta inflamatoria en la articulación.
  4. Pérdida de flexibilidad: Con el tiempo, las articulaciones pueden perder su rango completo de movimiento, lo que dificulta realizar movimientos que antes eran naturales.
  5. Crecimiento óseo: En algunos casos, se pueden formar pequeños osteofitos o crecimientos óseos alrededor de la articulación, lo que se conoce como “espolones óseos”.
  6. Debilidad muscular: La osteoartritis puede llevar a la debilidad de los músculos cercanos a la articulación afectada, lo que a su vez puede empeorar el dolor y la movilidad.
  7. Crujidos y chasquidos: debido a la mala alienación de las articulaciones.

Es fundamental tener en cuenta que los síntomas pueden variar según la articulación afectada y la gravedad de la enfermedad en cada individuo. Además, es posible que los síntomas no sean siempre constantes, pudiendo experimentar períodos de mejoría y empeoramiento.

Diagnóstico de la osteoartritis

  1. Historia clínica: El médico comenzará por realizar una entrevista en la que recopilará información sobre tus síntomas, antecedentes médicos y cualquier lesión previa que pueda estar relacionada con el dolor articular.
  2. Examen físico: El especialista examinará las articulaciones afectadas en busca de signos de inflamación, dolor, limitación del movimiento y deformidades. También evaluará la fuerza muscular y la sensibilidad al tacto.
  3. Radiografías: Las radiografías son una herramienta esencial para diagnosticar la osteoartritis. Permiten visualizar los cambios característicos en las articulaciones, como el estrechamiento del espacio articular, la formación de osteofitos (espuelas óseas) y la presencia de quistes subcondrales.
  4. Análisis de líquido sinovial: En algunos casos, el médico puede recomendar una punción articular para extraer una muestra del líquido sinovial. Esto se realiza para descartar otras enfermedades articulares y evaluar la presencia de inflamación o cristales en el líquido.
  5. Pruebas de imagen adicionales: En ciertas situaciones, se pueden realizar pruebas de imagen avanzadas, como la resonancia magnética, para obtener una visión más detallada de las estructuras articulares y los tejidos blandos circundantes.

Es importante destacar que el diagnóstico de la osteoartritis requiere una evaluación cuidadosa y minuciosa por parte de un profesional de la salud capacitado. Además, la osteoartritis es una enfermedad crónica y degenerativa, por lo que el tratamiento se enfocará en aliviar los síntomas, mejorar la función y ralentizar la progresión de la enfermedad.

Recuerda que un diagnóstico temprano y un enfoque integral pueden ayudarte a mantener una mejor calidad de vida y controlar los síntomas asociados con la osteoartritis. Si tienes alguna pregunta adicional, no dudes en consultarnos. El Equipo de Penadés Terapia está para ayudarte!

¿Cuál es el mejor tratamiento para la osteoartritis?

  1. Medicación: Los medicamentos son una parte fundamental en el tratamiento de la osteoartritis. Los analgésicos como el paracetamol pueden aliviar el dolor leve a moderado, mientras que los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como el ibuprofeno o el naproxeno pueden reducir la inflamación y el dolor. En casos más severos, el médico puede recetar analgésicos opioides.
  2. Terapia Física: La terapia física desempeña un papel crucial en el manejo de la osteoartritis. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específicos para fortalecer los músculos alrededor de la articulación afectada, mejorar la flexibilidad y aumentar la movilidad. Además, la terapia también puede incluir técnicas de masaje y terapias con calor o frío para aliviar el dolor y la rigidez.
  3. Cambios en el Estilo de Vida: Realizar modificaciones en el estilo de vida puede marcar una gran diferencia en el manejo de la osteoartritis. Mantener un peso corporal saludable reduce la carga sobre las articulaciones afectadas, disminuyendo así la presión y el dolor. Además, es esencial mantenerse activo con ejercicio de bajo impacto, como nadar o andar en bicicleta.
  4. Dispositivos de Asistencia: El uso de dispositivos de asistencia, como bastones o férulas, puede proporcionar soporte adicional a las articulaciones afectadas y ayudar a reducir la carga sobre ellas, aliviando el dolor y la incomodidad.
  5. Inyecciones Intraarticulares: En casos más avanzados de osteoartritis, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides directamente en la articulación para reducir la inflamación y el dolor. Otra opción son las inyecciones de ácido hialurónico, que pueden ayudar a lubricar la articulación y reducir la fricción.
  6. Cirugía: Cuando otros tratamientos no son suficientemente efectivos, la cirugía puede ser una opción. Las opciones quirúrgicas incluyen la artroscopia para limpiar y reparar la articulación, la osteotomía para corregir la alineación de los huesos y, en casos graves, la artroplastia o reemplazo total de la articulación.

Prevención de la osteoartritis

Aunque no es posible prevenir completamente su aparición ó podemos hacer todo lo posible para impedir que avance, existen medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de desarrollarla o retrasar su progresión.

  1. Mantener un peso corporal saludable: El exceso de peso puede ejercer una presión adicional sobre las articulaciones, especialmente las rodillas y las caderas. Mantener un peso adecuado para tu estatura y edad puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar osteoartritis y aliviar la presión en las articulaciones ya afectadas.
  2. Adoptar un estilo de vida activo: El ejercicio regular es fundamental para mantener la salud de las articulaciones. Actividades físicas de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta, fortalecen los músculos y mejoran la flexibilidad, lo que puede ayudar a proteger las articulaciones y reducir el riesgo de lesiones.
  3. Realizar ejercicios de fortalecimiento: Trabajar en el fortalecimiento de los músculos que rodean las articulaciones puede proporcionar estabilidad y soporte adicional. Un programa de ejercicios dirigido por un fisioterapeuta puede ayudar a desarrollar fuerza muscular y mejorar la alineación de las articulaciones.
  4. Evitar lesiones y movimientos repetitivos: Las lesiones articulares pueden aumentar el riesgo de desarrollar osteoartritis en el futuro. Es importante tomar precauciones para evitar lesiones, como utilizar equipo de protección adecuado durante la práctica de deportes y evitar movimientos repetitivos que puedan sobrecargar las articulaciones.
  5. Cuidar la postura: Mantener una postura adecuada al estar de pie, sentado o levantando objetos puede reducir la tensión en las articulaciones y prevenir el desgaste excesivo.
  6. Seguir una dieta equilibrada: Consumir una dieta rica en nutrientes, especialmente alimentos que contengan calcio y vitamina D, puede favorecer la salud ósea y articular. Además, incluir alimentos con propiedades antiinflamatorias, como frutas y verduras, puede ayudar a reducir la inflamación en las articulaciones.
  7. Evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol: Fumar y beber en exceso pueden aumentar el riesgo de desarrollar osteoartritis y empeorar sus síntomas. Mantener un estilo de vida saludable en general puede beneficiar la salud de las articulaciones.

¿Que no debo hacer si tengo osteoartritis?

Evitar el sobreesfuerzo, abordar el dolor de manera proactiva, mantener un nivel adecuado de actividad física, seguir las indicaciones médicas, controlar su peso y realizar ajustes en su entorno son elementos clave para gestionar la osteoartritis de manera efectiva. Recuerda que es recomendable consultar con el Equipo de Penadés Terapia para que te asesore y estudie tu caso individualmente.

  1. Sobrecargar las articulaciones: Evite someter sus articulaciones a esfuerzos excesivos. Cargar pesos pesados o realizar actividades intensas puede agravar la osteoartritis y aumentar su malestar.
  2. Ignorar el dolor persistente: Si experimenta dolor en las articulaciones durante un período prolongado, es fundamental no minimizarlo ni dejarlo sin atención médica. El dolor crónico puede ser indicativo de una inflamación subyacente que requiere tratamiento.
  3. Descuidar la actividad física: Si bien el reposo es necesario en momentos de agudización del dolor, la inactividad prolongada puede debilitar los músculos que brindan soporte a las articulaciones. Consulte con su médico para desarrollar un programa de ejercicios adecuado para su situación.
  4. No seguir las indicaciones médicas: Cumplir con el tratamiento prescrito y seguir las recomendaciones de su médico es esencial. Ignorar las indicaciones puede comprometer los resultados positivos del tratamiento y agravar los síntomas.
  5. Descuidar el control de peso: Mantener un peso adecuado es fundamental para aliviar la presión sobre las articulaciones afectadas. El exceso de peso puede aumentar la carga en las articulaciones y empeorar los síntomas.
  6. No considerar las modificaciones en el entorno: Realizar ajustes en su entorno para reducir el estrés en las articulaciones puede ser de gran ayuda. Considerar el uso de dispositivos de asistencia, como bastones o corredores, puede facilitar su movilidad.

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