¿Qué es la Kinesofobia?
La kinesofobia es el miedo patológico a realizar ciertos movimientos que puedan provocar dolor o que puedan empeorar una lesión previa, lleva a los pacientes a limitar ciertas actividades físicas y sociales. Se asocia al catastrofismo, que es la creencia de que una lesión puede empeorar catastróficamente con un pequeño estímulo.
¿Qué lo ocasiona?
Evitar el movimiento doloroso es una respuesta normal ante una lesión aguda, y eso evita el empeoramiento de la lesión y facilita su recuperación. Sin embargo, si esa actitud de evitación del movimiento se prolonga más de lo necesario puede afectar severamente a la recuperación funcional, perpetuar el dolor y condicionar importantes discapacidades.
El dolor es una sensación subjetiva compleja determinada por numerosas vías neuronales, en la que además de los estímulos físicos influyen la experiencia previa y los esquemas aprendidos de respuesta ante el dolor. El miedo al dolor incrementa la sensibilidad al mismo, y la kinesofobia incrementa la sensibilidad dolorosa de la zona que tememos mover.
Kinesiofobia: Miedo al movimiento
La inmovilidad por evitación lleva a mantener posturas rígidas de forma mantenida que, además de favorecer bloqueos de movilidad y limitar la funcionalidad de una región/articulación, repercuten en otras regiones que se ven obligadas a forzar su movimiento para suplir a la región deficiente.
Diversos estudios han relacionado la kinesiofobia con la aparición de dolor lumbar crónico, del síndrome de dolor regional complejo, y del síndrome de fatiga crónica; y se ha visto que condiciona limitaciones funcionales en el movimiento de rodilla, cadera, cuello, columna y de todo el miembro superior.
Por otra parte, hay numerosa evidencia científica de que el abordaje de la kinesiofobia, es decir, ayudar a vencer el miedo al movimiento durante la recuperación/rehabilitación de los pacientes que la sufren mejora su recuperación, disminuyen la sensación de incapacidad, el dolor percibido y aumentan la calidad de vida en diversos de patología.
Kinesiofobia: Escalas y Test
La kinesiofobia puede detectarse con cuestionarios validados, como la Escala de Tampa o la Escala de Síntomas de Ansiedad por el Dolor; y su tratamiento posterior implicará, además de las habituales terapias de rehabilitación física, el abordaje de factores cognitivo-conductuales, es decir, estudiar y corregir las ideas y actitudes que nos limitan en la recuperación.
El abordaje cognitivo-conductual suele implicar la exposición progresiva a las situaciones y movimientos que nos atemorizan. Cuando el paciente abandona sus mecanismos de evitación del dolor sin que ello tenga consecuencias catastróficas, se refuerza una actitud positiva hacia la recuperación.
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